La imagen de uno mismo

Somos los fragmentos que recuperamos en las imágenes que nos devuelven, al menos, hasta que nos permitamos descansar con confianza en las no-formas.
laimagendeunomismo

En nuestro andar la vida nos encontramos, no pocas veces, ante preguntas inocentemente filosóficas, existenciales, que no tienen una respuesta sencilla, pero a las cuales nos aventuramos a responder con cuasi naturalidad, silenciando las muchas voces que los diferentes personajes nos sugieren adentro de nuestra cabeza.

“Contame de vos”, desliza mi interlocutor, y en mi cabeza estallan tantas ideas como inseguridades.

Respondo lo obvio, lo simple, lo que todos saben, y tropiezo con mis bretes, mis sombras y mi forma, casi vomitada, de tratar de explicarme a mi misma quién estoy siendo.

“Pregunta de mierda”, pienso en silencio, tratando de que el otro se lleve de mi una imagen medianamente clara y ordenada, como si esto fuera posible entre mis contradicciones, mis manías, mi neurosis, mis inseguridades y mi gran temor, que inconscientemente es el de todos, de no ser digna de ser mirada.

No digas tanto, eso no deberías haber dicho, pucha, ¿ que va a pensar?, dejá de nombrar a.., a ver, pero estas diciendo realmente quien sos? Que piense lo que quiera! uff, que densa, mejor callate…

Silencio. Sonrío. Porque me reconozco peleando por ser alguien ante tus ojos. Porque me reconozco pequeña, inconclusa y enredada, y viene tu sonrisa a salvarme de mi misma y aún así, no puedo salirme de este film que he creado en mi cabeza, donde tengo que ser alguna construcción de perfección que ni soy ni puedo ser.

Lucho porque la autenticidad me sepa suficiente. Lucho por no querer darte ninguna imagen de mi y que la construyas en el correr del tiempo con todo aquello que decidas quedarte, después de filtrarse por tu percepción del mundo que fuiste modelando entre tu historia, tus alegrías, tus heridas y creencias.

Mi imagen de mi es un crisol inacabado entre valores, deseos, desventuras y el pánico espantoso de que nada de esto tenga algún valor en el “mercado del amor” al que de diferentes formas nos exponemos diariamente.

Amor que no tiene que ver con un otro, hombre o mujer, ni todos los otros, ni ningún otre…

Amor que sentimos nos fue negado y errantes buscamos bajo todas las pierdas que deseamos convertir en oro, sobre todas las montañas de éxitos que no nos alcanzan, en cada hazaña que, por emblemática que sea, nunca logra saciar esa sed primaria de amor.

Cobardemente nos disfrazamos de personajes que dicen buscar tal o cual sentido en las proezas de su viaje, pero allá, en el final del recorrido del paseo de las máscaras, el único deseo verdadero es el de ser amados. No en el amor de la carne, sino en aquel que ilusoriamente nos complete y nos salve. Nos devuelva el sentido, el alma.

Mi imagen de mi también está filtrada por mis creencias, y los pequeños espejos que fui recogiendo en el cruzar de las diferentes estaciones. De los muchos reflejos que me regalaron otros, con sus personajes, sus historias y sus propios filtros.

Entonces, mi imagen de mi es una mentira entre tantas que sostenemos en el mundo de las ideas.

Porque la verdad, la verdadera, no puede ser nunca construida por ningún hombre y posiblemente, tampoco definida por él.

Descanso en esa idea. Me da paz porque mi verdad está a salvo sin tener que desdibujarse en explicaciones poco precisas y certeras sobre quien soy o debería ser.

Y para la segunda tanda de mates tengo ganas de decirte, no soy nada de lo que creo ser, no soy ni lo que hice, ni lo que estoy haciendo, no soy ni lo que digo, ni lo que pienso, muchas veces creo ser todo lo que siento, pero tampoco soy eso.

Con suerte y viento a favor, soy lo que logre construir de mi hasta el próximo derrumbe. Porque vos sabés, tanto como yo, que esa es toda la verdad: una construcción destinada a deconstruirse.

Somos los fragmentos que recuperamos en las imágenes que nos devuelven, al menos, hasta que nos permitamos descansar en confianza en las no-formas.

Detonaste mil ideas que se hicieron palabras, y pensaba, como todo lo que uno escribe siempre tiene tanto de un otro, lo que nos inspira, lo que nos devuelve, lo que nos conecta, lo que nos explica de nosotros mismos a través de su forma de existir, esa forma única que tiene cada uno de decirse a través de la vida.

Facebook
Twitter
WhatsApp
Email

Te puede interesar ...

Despedimos el 2020

La crisis suele ser como un despertador de la consciencia. ¿Será que en la pérdida es más claro el valor de lo verdadero?

Leer »

Autoconocimiento Transformador

¡Conócete! Nos dice el lema ancestral con el que se ha tratado de resumir la importancia del camino de búsqueda. Pero el autoconocimiento no termina frente al espejo, sino más allá de la alquimia.

Leer »

Sobre las Emociones

Necesitamos reconocer y sentir lo que estamos sintiendo. Sin rechazar, sin juzgar, sin huir, sin agregar ni quitar nada.

Leer »

El camino del Héroe

“Lo que fuiste hasta ahora es en gran porcentaje lo que recibiste. Lo que hagas de aquí en más es absolutamente responsabilidad tuya”. Jorge Llano

Leer »
error: Contenido protegido