Las despedidas, el camino y el destino

Me quedé pensando en la trama del destino. Como muchas veces las mayores tragedias se convierten en grandes hitos que llenan de sentido nuestra historia.
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Un día como hoy hace 21 años, teniendo vos 21 años, decidías irte.

Pensé por mucho tiempo cómo fue que no pude ayudarte antes. Hacerte saber de mi mano siempre extendida, de mis oídos siempre gustosos de abrazar tu historia.

Tal vez por eso hoy estoy donde estoy, sabes? Porque nadie debería sentirse ni tan solo ni tan desesperado como para acabar con su vida.

Hoy ya no necesito preguntarte nada. Solo quedarme en este silencio donde también supimos encontrarnos.

Honro tu destino querido amigo.

No pude salvarte de vos mismo. No puedo salvar a nadie. Hoy lo sé.

Pero en esta vocación que pulsa desde mi corazón sé que está grabado nuestro breve encuentro en este plano.

Gracias, siempre gracias.

Me quedé pensando en la trama del destino. Como muchas veces las mayores tragedias se convierten en grandes hitos que llenan de sentido nuestra historia.

Como cada pozo oscuro tiene ese potencial de acunar grandes transformaciones.

Si uno pudiera percatarse dentro de la marea, que suele ser la vida, que justo ahí donde la vida duele está la llave de la salida.

Si aprendiéramos a dejarnos sentir lo que sentimos, sin huir, sin exagerar, sin reprimir, sin explicar.

Si pudiéramos entregarnos a la vida desde lo que somos.

Es el proceso, el camino, el trabajo en nosotros mismos, el que va develando las grandes verdades.

Tal vez nuestro destino sea sólo eso, entregar amorosamente aquello que hemos recogido en el camino.

Desde donde estemos, con lo que tengamos, en cada acción, en cada palabra, en cada silencio.

Tal vez se trate de eso. De dejar de cargar las piedras en la mochila, y usarlas para cimentar nuestros pasos. Entregarlo todo al servicio de la vida.

Si logro salvar un corazón de romperse,
no viviré en vano;
si logro borrar de una vida el dolor,
o enfriar una herida
o ayudar a un esfumado petirrojo
a regresar a su nido de nuevo,
no viviré en vano.

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