¿Por qué elegir un grupo de trabajo gestalt?

Antes de pasar a responder esta pregunta, dejame contarte un poco de qué se trata este enfoque.
gestalt

La terapia gestalt es un estilo psicoterapéutico humanístico, centrado en la persona.

Este enfoque nos ancla en el presente. En lugar de ir hacia el pasado, propone experienciar y obtener las comprensiones aquí y ahora.

Los principales creadores fueron el psiquiatra Fritzs Perls, la psicóloga Laura Perls y el sociólogo Paul Goodman.

Nuestra principal angustia como seres humanos es la brecha que abrimos entre el ahora y el después.

En la corriente de Fritz Perls, destaca el psiquiatra Claudio Naranjo, su sucesor. Referente mundial, y pionero en la psicología transpersonal.

A finales de 1970, Naranjo comenzó a enseñar a un grupo de antiguos aprendices de terapia Gestalt y amigos. Lo que comenzó como una improvisación, se convirtió en un programa que desembocó en una organización no lucrativa: el Instituto SAT.

En 1976 comenzó a ofrecer talleres en Europa, refinando aspectos del mosaico de acercamientos en el Programa SAT: la terapia Gestalt y su supervisión, las aplicaciones del Eneagrama a la personalidad, la meditación interpersonal unido a la música como recurso terapéutico.

La terapia Gestalt no es un conjunto de técnicas sino la transmisión de una actitud, una forma de estar en la vida.

Las dinámicas gestalt se caracterizan por recrear escenas (experienciar) ayudándonos a tomar conciencia de lo que somos, de lo que sentimos y necesitamos.

La experimentación aporta positivamente al proceso terapéutico, ya que ofrece el registro de la vivencia en un ambiente controlado y de confianza, donde puede tomar contacto con sus emociones y explorarlas en ese contexto más seguro. La experiencia es un aprendizaje más profundo y concreto.

Gestalt es mucho más que una terapia: es una actitud de confianza hacia la vida que hunde sus raíces en el taoísmo. La «fe organísmica» en la autorregulación lleva al gestaltista a desechar explicaciones, justificaciones, «debeísmos» y la actividad conceptual en general. Por el contrario, vive e invita a vivir aquí y ahora.

Experimenta lo real en vez de fantasear con lo posible. Abandona los pensamientos innecesarios: más bien, siente, observa e intuye. Prefiere expresar antes que manipular o juzgar. Y se entrega al dolor como al placer, sin restringir su capacidad de percatarse, convirtiendo el proceso terapéutico en la transformación del vacío estéril al vacío fértil.

Antepone la espontaneidad al control; la vivencia, a la evitación de lo molesto y doloroso; el sentir, a la racionalización; la comprensión global de los procesos, a la dicotomía de los aparentes opuestos… y requiere del terapeuta un uso de sí como instrumento (emocional, corporal, intelectual) que transmita una determinada actitud vital en vez de practicar únicamente una técnica útil contra la neurosis.

El objetivo de la terapia gestalt es que la persona llegue a ser lo que es y se responsabilice de su propia vida. Reconociendo y desarrollando de este modo, todo su potencial.

Los principios de la Gestalt desarrollados por Claudio Naranjo son:

  1. Vive ahora, es decir, preocúpate del presente más que del pasado o del futuro.
  2. Vive aquí: relaciónate más con lo presente que con lo ausente.
  3. Deja de imaginar: experimenta lo real.
  4. Abandona los pensamientos innecesarios; más bien siente y observa.
  5. Prefiere expresar antes que manipular, explicar, justificar o juzgar.
  6. Entrégate al desagrado y al dolor tal como al placer; no restrinjas tu percatarte.
  7. No aceptes ningún otro “debería o tendría” más que el tuyo propio: no adores a ningún ídolo.
  8. Responsabilízate plenamente de tus acciones , sentimientos y pensamientos.
  9. Acepta ser como eres.
Claudio Naranjo

Entonces, ¿Por qué elegir un grupo de trabajo gestalt?

Creo en la psicoterapia revolucionaria de la autenticidad, la cual más allá de ser centrada en la persona, involucre un grupo de sostén y de acompañamiento.

Siento que muchas veces vamos en una procesión en la más profunda oscuridad.

A veces alguien enciende una antorcha, y nos iluminamos varios.
Pero esa antorcha a veces también puede apagarse y son las antorchas de otros las que nos guían.

Y así vamos, encontrándonos en el camino, iluminando lo que podemos, ayudándonos unos a otros

Hay antorchas hechas de música, y uno al escucharlas construye un pentagrama como una escalera para sortear obstáculos.

Hay antorchas hechas de letras, que como semillitas anidan adentro y germinan expandiéndonos.

Hay antorchas hechas de abrazos, y esas son vitales para cuando nos sentimos desechos porque aunan esas partes que parecen comenzar a caer.

Hay antorchas hechas risas, esas irrumpen en cualquier momento salvándonos del tedio.

Hay antorchas hechas de lágrimas y esas son dan profundidad para conectar verdaderamente.

Hay antorchas hechas de viento, son las que se llevan aquello que nos pesa.

Hay antorchas, tantas antorchas que tocan el alma con una caricia bondadosa, iluminando, dando sentido y muchas veces respuestas.

Todos llevan una antorcha y cada uno alumbra con la que logra encender en su corazón

Mis mayores logros personales fueron dentro de un grupo. A veces como alumna y otras como educadora.

Aprendí a ser yo, siendo con otros. Con la constante mirada amorosa y sin juicio de los testigos de mi transformación.

Y aclaro con total honestidad que no es un camino que haya concluido, sino por el contrario, un camino que siento que elijo comenzar cada día.

Aprendí que no me veía cuando me miraba, porque estaba siempre mirándome a atrevés de los otros.

Finalmente entendí que tenía mucha más fuerza de la que creía, y que la verdadera fuerza está totalmente relacionada a no temer ser vulnerable.

Aprendí que cuidarme es un asunto de mi entera responsabilidad y que nada puede certeramente dañarme, salvo yo misma deseando que la realidad sea diferente a lo que es.

El camino es a veces bajar, a veces subir, y lo más importante es no desviarme de mis latidos. Volver a la respiración y a la gratitud es mi mayor herramienta de auto-salvación.

Aprendí que los opuestos se necesitan. La vida se despliega en dualidad. Y lo “bueno” y lo “malo” son muchas veces, por no decir todas, solamente conceptos.

Todo integra la totalidad. Somos parte y somos la totalidad. Eso es la gestalt.

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